Reconocimiento de las características de la literatura de la conquista y la colonia en Latinoamérica
Resumen
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Junto a cada fragmento, escribe qué tipo de texto es e identifica un rasgo característico.

MUY ILUSTRE Señora, mi Señora: No mi voluntad, mi poca salud y mi justo temor han suspendido tantos días mi respuesta. ¿Qué mucho si, al primer paso, encontraba para tropezar mi torpe pluma dos imposibles? El primero (y para mí el más riguroso) es saber responder a vuestra doctísima, discretísima, santísima y amorosísima carta. Y si veo que preguntado el Ángel de las Escuelas, Santo Tomás, de su silencio con Alberto Magno, su maestro, respondió que callaba porque nada sabía decir digno de Alberto, con cuánta mayor razón callaría, no como el Santo, de humildad, sino que en la realidad es no saber algo digno de vos. El segundo imposible es saber agradeceros tan excesivo como no esperado favor, de dar a las prensas mis borrones: merced tan sin medida que aun se le pasara por alto a la esperanza más ambiciosa y al deseo más fantástico; y que ni aun como ente de razón pudiera caber en mis pensamientos; y en fin, de tal magnitud que no solo no se puede estrechar a lo limitado de las voces, pero excede a la capacidad del agradecimiento, tanto por grande como por no esperado, que es lo que dijo Quintiliano: Minorem spei, maiorem benefacti gloriam pereunt. Y tal que enmudecen al beneficiado.



De la Cruz, Sor Juana Inés. (1691). «Respuesta de la poetisa a la muy ilustre Sor Filotea de la Cruz». Disponible en: http://www.bdigital.unal.edu.co/39758/1/132027.pdf

Habiendo de tratar del Nuevo Mundo, o de la mejor y más principal parte suya, que son los reinos y provincias del imperio llamado Perú, de cuyas antiguallas y origen de su reyes pretendemos escribir, parece que fuera justo, conforme a la común costumbre de los escritores, tratar aquí al principio si el mundo es uno solo, o si hay muchos mundos, si es llano o redondo, y si también lo es el cielo redondo o llano. Si es habitable toda la tierra o no, más de las Zonas templadas: si hay paso de la una templada a la otra; si hay antípodas y cuáles son; de las cuales y otras cosas semejantes los antiguos filósofos muy larga y curiosamente trataron, y los modernos no dejan de platicar y escribir, siguiendo cada cual la opinión que más le agrada. Mas porque no es aqueste mi principal intento, ni las fuerzas de un indio pueden presumir tanto; y también porque la experiencia, después que se descubrió lo que llaman Nuevo Mundo, nos ha desengañado de la mayor parte de estas dudas, pasaremos brevemente por ellas por ir a otra parte, a cuyos términos finales temo no llegar; mas, confiado en la infinita misericordia, digo que a lo mejor se podrá afirmar que no hay más que un mundo, y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo es por haberse descubierto éste nuevamente para nosotros, y no porque sean dos, sino todo uno.



De la Vega, Inca Garcilaso. (1609). Comentarios reales. Disponible en: http://es.wikisource.org/wiki/Comentarios_reales_:_1

Vuelvo pues a Juan Ponce poderoso
En los dones de Juno y de Belona,
Que de mayor empresa codicioso,
Y de servir a la Real Corona,
Nunca quiso jamás tomar reposo
Pudiendo ya gozallo su persona;
Y ansí fuera del cargo de justicia
Quiso sacar a la luz esta noticia

Entre los más antiguos desta gente
Había muchos indios que decían
De la Bímini, isla prepotente,
Donde varias naciones acudían,
Por las virtudes grandes de su fuente,
Do viejos en mancebos se volvían,
T donde las mujeres más ancianas,
desacían las arrugas y las canas.



De Castellanos, Juan. (1609). Elegía de varones ilustres de Indias. Disponible en: http://es.wikisource.org/wiki/Comentarios_reales_:_1

Jueves, 27 de diciembre

En saliendo el sol, vino a la carabela el rey de aquella tierra, y dijo al Almirante que había enviado por oro y que lo quería cubrir todo de oro antes que se fuese, antes le rogaba que no se fuese; y comieron con el Almirante el rey y un hermano suyo y otro pariente muy privado, los cuales dos le dijeron que querían ir a Castilla con él. Estando en esto, vinieron ciertos indios con nuevas cómo la carabela Pinta estaba en un río al cabo de aquella isla; luego envió el cacique allá una canoa, y en ella el Almirante un marinero, porque amaba tanto al Almirante que era maravilla. Ya entendía el Almirante con cuánta prisa podía por despacharse para la vuelta de Castilla.

Viernes, 28 de diciembre

Para dar orden y prisa en el acabar de hacer la fortaleza y en la gente que en ella había de quedar, salió el Almirante en tierra y parecióle que el rey le había visto cuando iba en la barca; el cual se entró presto en su casa disimulando, y envió a un su hermano que recibiese al Almirante y llevólo a una de las casas que tenía dadas a la gente del Almirante, la cual era la mayor y mejor de aquella villa. En ella le tenían aparejado un estrado de camisas de palma, donde le hicieron asentar. Después el hermano envió un escudero suyo a decir al rey que el Almirante estaba allí, como que el rey no sabía que era venido, puesto que el Almirante creía que lo disimulaba por hacerle mucha más honra. Como el escudero se lo dijo, dio el cacique dice que a correr para el Almirante, y púsole al pescuezo una gran plasta de oro que traía en la mano. Estuvo allí con él hasta la tarde, deliberando lo que había de hacer.



De Castellanos, Juan. (1609). Elegía de varones ilustres de Indias. De las Casas, Bartolomé. (1892). Relación del primer viaje de D. Cristóbal Colón para el descubrimiento de las Indias. Disponible en: http://es.wikisource.org/wiki/Diario_de_a_bordo_del_primer_viaje_de _Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n:_texto_completo