Pulsa sobre cada botón para leer los textos de la literatura del siglo XXI. Luego realiza los ejercicios.
Mi cuerpo es una celda.
Andrés Caicedo. (Fragmento)
La despertada es la peor hora para la nostalgia. En esta semana me he acostado a dormir agradeciendo que tengo un cuarto y una buena cama, pero en las últimas dos noches me duermo con un poco de miedo de lo que voy a sentir al otro día, cuando me despierte, y vea que no estoy en casa y que a lo que he venido aquí a esta tierra, a Los Ángeles, a vender un guion, tal vez no sea posible realizarlo.... Este sábado había planeado escribir la sinopsis de ambos guiones y llevárselas a mostrar al cubano. Me eché en el sofá y dormí unas dos horas, inquieto. Mejor no lo hubiera hecho, porque me desperté en medio de un infierno. ¿Por qué es este sufrimiento? ¿Por qué esta falta que me hace mi madre si sé que cuando regrese a Cali y la vea, igual voy a seguir con la misma ausencia? Entonces es sencillamente una organización de datos para elaborar el sufrimiento, porque lo que pretendo, no es una madre que vive en Cali, Colombia, a una inmensa distancia de aquí, sino una madre que no tendré nunca, una madre que sólo pudo trabajar bien en su cuidado y su ternura cuando yo era un niño y aún no tenía razones para oponerme, cuando no era sino debilidad y necesidad y una cosa chiquita. Ahora no soy más un niño. Soy una cosa grande con la misma necesidad y peor debilidad.... Pero ya no tendré más el cuidado de mi madre, ya una parte de mí, mi razón, mi cordura, se opone a ella. Por eso es que me ataca esta nostalgia de un estado imposible: desear no haber crecido nunca y haberla seguido viendo sólo como la persona que me cuidaba y me daba la única compañía que me servía. He crecido tan duro y tan malo y con tantas cucarachas en la cabeza. Y no se pudo poner a una distancia correcta con mi crecimiento, ¿por qué si me cuidaba cuando chiquito, por qué no quiso cuidarme mi pensamiento modificando su mismo pensamiento? ¿Por qué no saber que mi pensamiento no está a gusto con el de los demás, con la gente fuera de su dominio, que no estaría a gusto con ella? ¿Qué es lo que yo necesito entonces? ¿Qué es lo que tengo que hacer? (Caicedo, 2008)
El sujeto del carruaje
Sergio Badilla. (Fragmento)
En esta depresión se petrifica la individualidad
y la impaciencia aferrada al cerebro
me apaña con sus extremidades mugrientas
Mi crónica es sólo una sombría historia de antiguas leyendas
de ánimas excéntricas en una ciudad sitiada,
por esencias perturbadas que rebosan hasta el alba.
Con esta angustia se empiedran los rasgos distintivos de mi rostro,
el talante se abate con la necedad de la torpeza
y el sujeto del carruaje / con actitud de sajón imperturbable /
regresa con su carromato / celadamente /
para apoderarse de otro moribundo :
Es la sombra de la guadaña del carretero de la muerte
y Víctor Sjöström se concentra al observarlo desde la cámara
con un gesto dadivoso.