Educar en la identificación de la desinformación y de las "fake news"

Por: Editor
Imagen de una mujer vestida de blanco mirando hipnotizada a una pantalla de celular, con círculos concéntricos, sostenida para una mano gigante
Sección: Noticias

La sociedad no había tenido tantas vías, como hasta ahora, para aparentemente estar mejor informada; pero al mismo tiempo, nunca como hasta ahora había corrido tanto riesgo de estar desinformada o manipulada.

Los ciudadanos estamos cada vez más expuestos a las mentiras, tal como han demostrado ya varias investigaciones, algunas de las cuales han llegado a cifrar que una alarmante proporción de las noticias que circulan por las redes son falsas.

¿Qué son las “fake news”?

Las noticias falsas, comúnmente conocidas como “fake news”, son información engañosa o fabricada que se presenta como hechos reales. Estas historias suelen ser diseñadas para parecer noticias legítimas, pero su intención principal es desinformar o manipular la percepción de los lectores. Las “fake news” pueden surgir de diversas fuentes, incluyendo sitios web poco confiables, plataformas de redes sociales y, en algunos casos, incluso medios de comunicación tradicionales.

El objetivo de quienes crean las noticias falsas o “fake news” −y al que contribuyen quienes las hacen circular por las redes− no es solamente brindar información engañosa para que unos determinados actores sociales, políticos y económicos se beneficien de tal engaño. Además de generar ingresos publicitarios, las “fake news” buscan instalar temas en la agenda mediática: causar cierto humor social (estado de ánimo que predomina en la sociedad) en las plataformas y contribuir a que determinadas noticias, encuadradas desde una perspectiva particular, ganen popularidad, se viralicen y se transformen en el foco de la discusión pública, mientras otras son desplazadas.

Posverdad y confirmación de preconceptos

Esto guarda un estrecho vínculo con otro fenómeno actual que es el de la posverdad. En muchos casos, las “fake news” circulan porque lo que importa no es que su contenido resulte verificable en sus fuentes o sea fruto de consensos en las comunidades de especialistas −cuestiones que pasan a un segundo plano−, sino más bien que expresen y confirmen aquello que los sujetos piensan de antemano y juzgan posible. Así definida, una posverdad es un consenso que se impone a fuerza de repetición, direccionado por actores interesados en que resulte indiscutible.

El impacto negativo de las “fake news”

Lo que distingue a las “fake news” es su falta de precisión y veracidad. Pueden abordar una variedad de temas, desde eventos políticos hasta cuestiones de salud pública, y su propagación se ha visto facilitada por la rapidez de las plataformas digitales. Es importante entender que las “fake news” no solo se limitan a la falsificación de información; también pueden incluir la manipulación de titulares, la edición engañosa de imágenes y la distorsión de hechos reales. Y con la inteligencia artificial el campo de distorsión es progresivo y cada vez más difícil de diferenciar de la realidad.

El impacto de las “fake news” se extiende más allá de la mera distorsión de la verdad; su propagación tiene consecuencias significativas en la sociedad contemporánea. Uno de los efectos más preocupantes es su capacidad para influir en la opinión pública y socavar la confianza en las instituciones, generando un clima de desconfianza y escepticismo.

Los algoritmos que priorizan la viralidad[i] pueden llevar a la rápida difusión de historias sin verificar. Además, la polarización de las redes sociales puede crear burbujas informativas donde las personas solo son expuestas a puntos de vista afines, facilitando así la aceptación acrítica de información engañosa.

Aprender a detectar noticias falsas es clave para tener un espíritu crítico desde la juventud

El impacto negativo de las “fake news” no se limita a lo inmediato; deja secuelas a largo plazo en la forma en que la sociedad percibe la verdad y confía en los medios de comunicación. Por lo tanto, abordar este problema no solo implica enseñar y ayudar a los jóvenes a detectar noticias falsas, sino también fomentar una cultura de consumo de información crítico y reflexivo, que fortalezca la resiliencia contra la desinformación.

1. Desarrollar el pensamiento crítico

Esta habilidad implica la capacidad de analizar información de manera objetiva, cuestionar la validez de las afirmaciones y discernir la lógica detrás de las noticias. En este contexto, es esencial enseñar a los jóvenes a evaluar la credibilidad de la información, confrontando diversas fuentes y explorando preguntas fundamentales como quién escribió la información y cuál es su experiencia.

Al alentar el cuestionamiento y la búsqueda de pruebas y de otras fuentes, se fortalece la capacidad de los jóvenes para discernir entre hechos y desinformación y desarrollar el pensamiento crítico.

2. Promover la alfabetización digital

La alfabetización digital es una estrategia esencial para capacitar a los jóvenes en la detección de “fake news”. Esto implica no solo comprender cómo funcionan las plataformas digitales, sino también reconocer cómo influyen en la presentación y percepción de la información. Educar sobre los algoritmos de redes sociales es crucial, ya que estos pueden filtrar y personalizar la información que los usuarios reciben. Además, enseñar a identificar sitios web confiables y discernir entre la información objetiva y el contenido publicitario contribuye a una mayor capacidad de evaluación crítica.

3. Concientizar sobre los sesgos de confirmación

El sesgo de confirmación es una predisposición humana a buscar, interpretar y recordar información de manera que confirme las creencias preexistentes. Este fenómeno puede contribuir significativamente a la aceptación acrítica de “fake news”, ya que las personas tienden a favorecer información que respalda sus opiniones previas.

Podemos ayudar a mitigar el impacto negativo de los sesgos de confirmación, invitando a los jóvenes a explorar activamente perspectivas divergentes y a cuestionar sus propias suposiciones. Esta conciencia no solo fortalece su capacidad para discernir información objetiva, sino que también promueve una mentalidad abierta y crítica hacia la diversidad de opiniones.

4. Fomentar la verificación cruzada

Inculcar a los jóvenes el hábito de contrastar la información a través de múltiples fuentes confiables, es esencial para garantizar la precisión y la fiabilidad de la información que consumen. La diversidad de perspectivas y enfoques entre diversas fuentes puede proporcionar una visión más completa y objetiva de los eventos.

La investigación independiente y la comparación de datos entre diferentes medios, refuerzan en los jóvenes sus habilidades de discernimiento, y les permite desarrollar una resistencia activa contra la propagación de noticias falsas.

5. Inculcar la responsabilidad digital

Esta responsabilidad implica no solo la conciencia sobre cómo consumir información de manera crítica, sino también la comprensión de la responsabilidad al compartirla. Los jóvenes deben ser conscientes del impacto que sus acciones en línea pueden tener en la difusión de información. Inculcar la importancia de verificar la autenticidad antes de compartir cualquier contenido y enfatizar la responsabilidad ética en la difusión de información son aspectos fundamentales.

Además, se necesario promover el pensamiento ético en línea, alentando a los jóvenes a considerar las consecuencias de sus acciones en la comunidad digital.  Esta estrategia no solo se trata de detectar noticias falsas individualmente, sino también de cultivar una cultura en la que los jóvenes sean agentes activos en la prevención de la propagación de la desinformación, contribuyendo así a un entorno digital más saludable y confiable.

 

Película recomendada: "El dilema de las redes sociales", 2020. Sinopsis: Mediante testimonios de expertos y excolaboradores de grandes empresas de tecnología, se explora el dañino impacto en torno a las redes sociales a nivel personal, generacional y social. Disponible en Netflix.

Libro recomendado: “Mentiras armadas: cómo pensar críticamente en la era de la posverdad”, Daniel J. Levitin. "Están lloviendo datos erróneos, verdades a medias y noticias falsas, y algunas de estas tonterías están teniendo consecuencias devastadoras. Daniel J. Levitin muestra cómo los informes, las estadísticas y las noticias corporativas y gubernamentales pueden engañar, y revela la forma en que se miente. Lo que hace que las mentiras sean peligrosas es la certeza con la que las personas son propensas a creerlas". 

Fuentes:

Psicología y mente. Cómo ayudar a los Jóvenes a detectar Fake News 

Fake news: ¿qué son y cómo funcionan? Un recorrido por el ecosistema mediático, la desinformación y la posverdad - Educ.ar

"Weaponized Lies: How to Think Critically in the Post-Truth Era", Daniel J. Levitin. 

The Conversation. Frente a la posverdad espíritu crítico

Diccionario Sensación web. Viralidad: qué es, definición y ejemplos.  

 


[i] La viralidad es la capacidad de un contenido o mensaje de propagarse rápidamente a través de las redes sociales y otros medios digitales, generando un alto nivel de interacción y compartición por parte de los usuarios. Un contenido viral es aquel que se difunde de forma masiva y se convierte en tendencia, alcanzando a un gran número de personas en poco tiempo.