La educación rural, un gran desafío para Colombia

Por: Editor1
Niñas del campo jugando y sonriendo ante la cámara

Uno de los principales retos para la educación en Colombia es el relacionado con la ruralidad.  En esta ocasión, y con motivo de la campaña Voces que Cuentan, presentamos la situación actual que se vive en el país después de la pandemia, de acuerdo con las estadísticas más recientes.

Según el informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística-DANE, del total de niñas y niños escolarizados en el 2021, el mayor porcentaje de matriculados en el sistema educativo se registró en la básica primaria con un 41,8% y la menor participación en preescolar con un 8,7%. La matrícula urbana fue del 75,6%, con 7.405.053 alumnos, mientras la matricula rural fue del 24,4% con 2.392.624 matriculados, frente a 2.334.158 del año 2020.

De las 53.066 sedes educativas reportadas, 43.727 fueron de carácter oficial (82,4%) y 9.339 no oficial (17,6%). A su vez, 17.174 están ubicadas en la parte urbana (32,4%) y 35.892 en parte rural (67,6%)

Tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC)

En 2021, de las 53.066 sedes educativas objeto de estudio, el 92,5% (49.084) contaban con algún bien o servicio TIC, mientras que el 7,5% (3.982) no lo tenían.

En la zona urbana, de las sedes educativas que ofrecieron a los estudiantes acceso a bienes y servicios TIC, el 44,2% los utilizaron principalmente en consulta de contenidos educativos, mediante buscador en internet. Mientras, en la zona rural, el 70,8% utilizaron los bienes TIC principalmente para actividades de aprendizaje y evaluación del aprendizaje utilizando la plataforma virtual.

Adicionalmente, se registró el preocupante indicador que muestra que solo el 22.7% de las sedes educativas rurales cuentan con internet, mientras que el 90.8% de las urbanas sí tienen esta posibilidad tecnológica.

Los docentes rurales

Según las cifras del DANE, para el año 2021 había 126.135 profesores rurales con asignación académica (28,6%), en comparación con 2020 cuando se contabilizaron 125.443 profesores rurales que representaban el 27,9% del total de la planta.

Ellos fueron los encargados de brindar formación a 2.392.624 estudiantes, que en porcentaje eran el 24,4% de la matricula total. Es decir, existía una relación aproximada de 20 alumnos por docente.

La inmensa mayoría de las sedes educativas rurales se concentraban en los niveles de preescolar y básica. Solo un 39% ofrecían enseñanza en media, en contraste a la zona urbana donde ascendía a un 60%. Este último dato revela la dispersión y dificultad de acceso al territorio, como también, la complejidad que tienen los alumnos para culminar con éxito su formación escolar.

Por otra parte, en cuanto a la calidad educativa, los resultados de la Encuesta Longitudinal de Colombia —ELCA— (2017) revelan que los alumnos rurales, a medida que transcurren los años de su formación, se van rezagando notoriamente en relación con sus pares de las zonas urbanas: después de 6 años los porcentajes de atraso en los aprendizajes de los estudiantes del campo asciende a un 11,5%, mientras que los de la ciudad llegan a un 8.7%. Es decir que, aunque los jóvenes logren culminar con éxito su formación escolar, la calidad es significativamente inferior a la de los centros urbanos.

Son varias las razones que pueden explicar la anterior situación, una de ellas es la accesibilidad a los recursos educativos digitales para el aprendizaje. Sumado a esto, según el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2020, una persona en área rural estudia en promedio 6 años, mientras que en el área urbana la escolaridad asciende a 10. Así mismo, se han visto afectados por las diversas situaciones de conflicto, lo que ha traído implicaciones de violencia directa, estructural o cultural.

La importancia de la formación docente para la educación rural

En cuanto a la cualificación profesional de los maestros, diversos estudios han especificado la necesidad de implementar programas para la formación docente rural del país. El campo colombiano carece de profesores formados de acuerdo con las exigencias técnicas que han impuesto las Tecnologías de la Información y la Comunicación —TIC. En 2019, el DANE resaltó que los maestros están más familiarizados con el uso offline de los medios tecnológicos; solo un 4,3% acude a la red para la enseñanza de los contenidos curriculares y un 25,1% accede a los buscadores de internet para consultar contenidos pedagógicos.

De acuerdo con la opinión de los docentes rurales, el tipo de enseñanza que imparten las instituciones de educación superior en pregrado y posgrado, no toma en cuenta la particularidad de la zona y, en tal sentido, están desarticuladas de las necesidades que tienen los profesores del campo colombiano.

Es quizás esta una de las razones que explica el rezago formativo de los maestros rurales del país. De ellos, solo el 75% han alcanzado títulos profesionales; mientras que el porcentaje de sus pares en las instituciones urbanas asciende a un 91%. En estudios de postgrado la brecha es de 14 puntos.

Si a lo anterior se le suma que en todas las competencias evaluadas por el ICFES en las pruebas Saber 11, los profesores actualmente vinculados en la ruralidad tuvieron resultados inferiores a sus colegas urbanos, el asunto no solo evidencia un déficit en el desempeño del ejercicio profesional docente, sino también, dificultades de bases en la formación académica de los profesionales de la educación.

Si estás interesado en conocer sobre los programas que se han desarrollado en educación rural, como el Programa de Educación Rural-PER y el Plan Especial de Educación Rural- PEER, las diversas estrategias y modelos educativos flexibles para el campo; conocer experiencias y emprendimientos rurales, entre otros, te invitamos a consultar las colecciones del Portal Colombia Aprende Educación rural y Tejiendo puentes 

 

Fuentes:

Liderazgo pedagógico en la educación rural colombiana

Los efectos de la crisis sanitaria del covid-19 en la educación rural de Colombia 

Encuesta Longitudinal Colombiana 

Educación, actuales retos en la Colombia rural

Departamento Administrativo Nacional de Estadística